En un país pequeño, pero lleno de talento y determinación, una empresa costarricense llamada PRADA que se dedica a la atención dental, se enfrentó a una de las casas de moda más prestigiosas del mundo y ganó.
Esta victoria no es solo legal, sino también simbólica: en Costa Rica, los sueños se defienden con trabajo, historia y valentía. Un recordatorio de que nuestras empresas tienen el potencial de brillar en cualquier escenario.